Mirá, hermano, vamos a arrancar con una verdad incómoda: vos creés que entendés a las mujeres… pero estás a dos cafés y un posteo de Facebook pasivo-agresivo de darte cuenta de que no.
Porque sí, capaz sabés que le gusta el chocolate amargo, que odia el WhatsApp con doble tilde azul y que no soporta que le digan “relajá”… pero de ahí a descifrar lo que realmente quiere, hay un trecho tan grande como de Constitución a Tigre en hora pico.
Error N°1: Creer que “estoy bien” significa que está bien
No, campeón. “Estoy bien” es el equivalente femenino de “en cualquier momento explota la caldera”. Es el silencio antes del gol de Maradona a los ingleses: parece que no pasa nada… hasta que pasa todo.
Error N°2: Dar soluciones cuando solo quieren que las escuches
¿Viste cuando le contás a un amigo que te dejó tu novia y él te dice “y bueno, salí con otra”? Bueno, ese es tu error pero versión pareja. Ella no quiere que le resuelvas la vida como si fueras MacGyver con un clip y un chicle; quiere que le digas “te entiendo” y que le pases el mate.
Error N°3: Minimizar con un “no es para tanto”
No existe frase más suicida en el diccionario masculino. Es como tirarle nafta a una parrilla que ya estaba encendida. Si ella dice que es para tanto, ES PARA TANTO.
Lo que ellas esperan que vos entiendas… sin que te lo digan
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Que recuerdes fechas importantes sin que te lo marque Google Calendar.
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Que notes si se cortó el pelo (y no, “te hiciste algo” no es suficiente).
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Que sepas cuándo es momento de callar y cuándo es momento de abrazar.
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Que “necesito espacio” no es “chau para siempre”, sino “dejame extrañarte un ratito”.
El mito de que son complicadas
No es que sean complicadas, es que vos querés meter sus emociones en tu GPS mental, y acá no hay Waze que te salve. No todo es lógica masculina; a veces es piel, intuición, estados de ánimo que cambian como el clima en Mar del Plata.
La atracción por el que las trata mal
No es que lo elijan con una app. Es más un loop emocional que viene de antes, como esas películas que sabés que son malas pero igual mirás por cable. Pasa. No es regla, pero existe.
Señales que no podés ignorar
Si te contesta con monosílabos, si se ríe pero sin mirar a los ojos, si está más conectada a su celular que a vos… Houston, tenemos un problema.
El veredicto del Archivólogo
Los hombres creen que las mujeres son un misterio, pero en realidad el misterio es por qué siguen tropezando con la misma piedra… y encima después la pintan de colores.
Ellas no piden magia: piden atención, empatía y que les hables con el corazón, no con el manual de instrucciones que te dejó tu tío en 1987.
Porque, como decía Tato Bores, “si querés saber lo que piensa una mujer, preguntáselo… pero escuchala, ¿eh?”. Y si lo hacés bien, capaz descubrís que todo eso que “no se animan a pedir”, en realidad te lo vienen diciendo hace rato… solo que vos estabas ocupado buscando el control remoto.
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